La vida es un aprendizaje continuo
La vida es un continuo aprender, es decir, un continuo equivocarse.
Los grandes triunfadores de nuestra historia, no son los que han logrado las cosas a la primera, sino los que han seguido a fondo el método propio del aprendizaje humano, que es el del “ensayo- error- ensayo.” Cuando algo te falla, estás aprendiendo un camino que no te conviene recorrer e incorporas muchos conocimientos para acertar en la siguiente oportunidad. Si aprendes de los errores, tus proyectos irán mejorando hasta llegar al definitivo. Las personas más inteligentes comprenden que cuando el desenlace de un intento no es el que esperan, están ante una realimentación, es decir, un reajuste de las expectativas para alcanzar después de forma más brillante el resultado. Un mal resultado, bien aprovechado, es una puerta abierta para algo mejor.
Sólo hay dos formas de aprender: o bien lo hacemos de nuestros propios errores o bien lo hacemos de los errores ajenos.
Tu mundo, el único que tienes, es tu interpretación de la realidad.
Es hermoso contemplar la propia vida como una historia. Eres el creador de tu propio mundo. Si lo piensas bien, la única realidad que existe es la que tú te vas creando en el interior, pues las cosas no son lo que son, sino cómo influyen en tu interior. Tu mundo interior es sólo tuyo, nadie puede entrar en él, igual que tú no puedes entrar en el de los demás.
Lo único que tienes para moverte en esta vida es el de tus percepciones internas; tu manera de percibir y elaborar la realidad. Puedes contemplar un mal resultado como una derrota o como una oportunidad de aprendizaje, puedes llorar porque no hay sol – como decía Rabindranath Tagore – o disfrutar de la belleza de las estrellas; puedes deprimirte por perder a una persona a la que creías amar o prepararte para encontrar a otra que llene mejor tus expectativas. La calidad de nuestra vida no la determinan las cosas que nos ocurren, sino la reacción que tenemos ante lo que nos acontece.
Teniendo esto claro, tu historia se va escribiendo al ritmo que tú le imprimes, pero siempre hacia adelante. No habrá retrocesos ni fracasos, sólo experiencias y aprendizajes. Cada paso que das será siempre un triunfo, pues te lleva a avanzar o a aprender por dónde no ir.