Relaciones de pareja: Volar libre o amarrarse al fracaso
Dentro de las relaciones de pareja, muchas personas se pasan la vida atadas a un fracaso que nunca ha existido. Les ha bastado una humillación, una mala experiencia o un mal comentario para quedarse atados a una frustación toda su vida. Muchas vidas se han quedado truncadas por no querer enfrentarse a la posibilidad de fracasar. Nos hacen un mal comentario o una burla en la niñez o adolescencia y por miedo a un nuevo ridículo no nos atrevemos a volver a intentar lo que estábamos haciendo. Otras veces, después de un fracaso nos negamos a seguir luchando por no querer soportar otra desilusión. Conozco a una persona a la que le gusta pintar y no lo hizo durante más de diez años porque de pequeño se rieron de unos cuadros que había hecho.
De adolescentes nos dijeron en la escuela o en la familia que éramos malos, insinceros, iracundos, traviesos o vagos, nos hemos formado una imagen de nosotros mismos con esos defectos y hemos obrado en consecuencia, de forma que nuestra mente se ha acostumbrado a actuar como si de verdad tuviésemos esos malos hábitos.
Muchos de los delincuentes lo son porque se criaron en un ambiente de criminalidad y sintieron que la delincuencia era lo que se esperaba de ellos. Muchas personas insinceras, violentas o malvadas con el prójimo lo son porque algún día les dijeron que ellos eran así. Otros, a los que en la adolescencia les convencieron que eran unos maleducados, se han hecho de verdad maleducados para cumplir lo que sienten que se espera de ellos. En realidad a todos les gustaría seguir los mejores valores, ser las mejores personas y hacer el bien, pero a muchos les han convencido de que no pueden ser así, porque no llegan a ese nivel y tienen que conformarse con ser más ruines de lo que realmente desean. En el fondo, darían lo que fuera por no estar amarrados a ese palito, como el elefante. No se dan cuenta de les basta dar un simple tirón para ser libres para siempre.
Volar o fracasar está en tu mente
En las relaciones de pareja, si quieres comenzar a cambiar tus pensamientos negativos, lo primero que necesitas es darte cuenta de que eres una persona que busca el bien, que ama los más altos valores y desea actuar según ellos. Después, saber que lo que en realidad se espera de ti es que llegues a lo más alto posible en tu catadura moral. ¿Y quién es el que espera eso? Pues el único público que realmente cuenta, que eres tú mismo. Escucha a tu corazón y verás cómo te está clamando que busques los más alto y lo más noble, es decir, que seas libre.
Recuerda aquel título de película “hoy el primer día del resto de tu vida”. No importa el pasado; sólo lo que quieras hacer en el presente para forjar tu futuro. No pienses en el pasado, sino en lo que te gustaría vivir a partir de hoy, que ya es el futuro. Piensa en esa persona maravillosa que sueñas con ser y pon manos a la obra mirando a dónde quieres llegar. Caminar pensando en tus errores del pasado es como querer conducir un coche mirando sólo por el espejo retrovisor. Es sencillamente suicida.
Mirar siempre adelante
¿A dónde quiero llegar? ¿cómo me gustaría ser? ¿qué necesito para llegar allí? ¿ya lo he pensado? Pues manos a la obra. Mira sólo hacia el puerto donde deseas atracar y acabarás arribando a él. No pienses en lo que no quieres ser, no te fijes en qué defectos tienes. Piensa en las virtudes que necesitas, fíjate en alguien que ya las tenga, observa cómo lo hace y con eso tienes la mitad del camino recorrido.
Una vez que tengas claras tus aspiraciones y los valores que te definen, atrévete a vivir conscientemente. Elige lo que te lleva a tu destino y camina por él. No permitas que en tus relaciones de pareja las circunstancias de la vida, las emociones negativas, los caprichos o la opinión de los demás te separe del bien que buscas. Asume la responsabilidad de tu vida y tu propio destino. Sé dueño de ti mismo, gestiona tu tiempo, tus ideas y tus acciones.
Como explico en mi libro “Elige tu lobo”, confía en ti mismo y sé libre, soberanamente libre. Alcanza el ideal que te has propuesto. Sé tú mismo. Si logras vivir con integridad, con la coherencia entre tus valores y tus comportamientos, entre tu forma de entender el mundo y las obras que realizas, lo tendrás todo en tu mano.