Enfócate a lo positivo y amarás
Enfócate a lo positivo y amarás. Enfócate a lo negativo y odiarás.
El amor comienza con el enamoramiento, pero ¿qué es el enamoramiento?
Consiste en ver sólo lo positivo de una persona, tener en la cabeza todos sus encantos, percibir toda la bondad que emana y que derrama sobre nosotros cuando estamos en su presencia, examinar su persona con el filtro de la perfección para que nada negativo nos llegue. ¿Cual es el resultado? Un estado de felicidad, de éxtasis, de alegría, de dulzura y casi de locura ante la perfección de vida que se vislumbra ante la compañía del otro.
Es cierto que el enamoramiento es un engaño de la naturaleza para juntar a dos personas de cara a la procreación, pero la enseñanza es patente y nítida: si nos fijamos en lo bueno y lo engrandecemos, vamos a ser mucho más felices que si estamos obsesionándonos en las cosas malas.
¿y porqué después del enamoramiento se puede llegar a ver a la otra persona como un adversario y desear perderlo de vista? Pues porque poco a poco se van olvidando y dejando de lado las experiencias de felicidad y se va permitiendo al cerebro agrandar y colocar como protagonistas a los defectos y malos momentos de la otra persona.
No tomarse nada personalmente; eliminar las susceptibilidades.
Ante los desencuentros y malas actitudes de los demás, podemos sentirnos atacados, desatendidos o despreciados continuamente o bien situarnos en un plan superior y darnos cuenta de que cuando una persona está agresiva, enfadada o con una actitud negativa, lo que en realidad tiene es un mal momento interior. Es ella quien lo está pasando mal y lo manifiesta exteriorizando su ira. En realidad, la verdadera víctima es la persona que insulta o agrede.
¿Puedes enfadarte con alguien que está enfermo? ¿No sería más noble tratar de ayudarlo para salir de la situación? Volvemos al tema de las perspectivas, pero ciertamente es mucho más noble tratar de percibir el problema del otro, de modo que podamos aportar lo que nos sea posible a modo de solución que ponerse a la defensiva y responder con la misma moneda de ataque.
El odio no se vence con el odio. El odio se vence con el amor. Es una vieja regla (proverbio chino)
La persona susceptible que se siente atacada continuamente y salta como una fiera ante las incitaciones verbales, se convierte en una especie de atracción de circo para los provocadores. Cuando alguien quiera divertirse a su costa sabe que sólo tiene que tocar la tecla adecuada; meterse con sus ideas políticas, deportivas, culturales, religiosas o las que constituyan su fibra más sensible y tendrá la diversión asegurada. Ese tipo de personas son una tentación continua para los que se inclinan a crear polémicas y riñas.
Si por el contrario te acostumbras a no tomarte nada como personal, a dejar fluir las cosas, despreciar las provocaciones como propias de personas bajas, evitarás los envites, pues quienes los crean, sabrán que pierden el tiempo contigo porque te encontrarán a un nivel superior.
En una relación de pareja, este punto puede resultar crucial para vivir en armonía y evitar muchos roces indeseados.
